sábado, 19 de febrero de 2011

La Pregunta

A veces yo me pregunto,

muchas veces, más de dos;

¿Por qué la gente mayor

siempre me dice que no?

No corras, porque te caes...

No hables alto, por favor...

No toques, porque lo rompes...

No te ensucies… ¡No, no y no!

¿Por qué ese enojo tan grande

si me tienen mucho amor?

Yo solo quiero imitarlos.

¡Por qué siempre dicen no?

Por la noche una plegaria

yo elevo a papito Dios.

Él sí me tiene paciencia

y nunca me dice no.

 
©Andrés Díaz Marrero

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